Si, desde hace mucho tiempo me divorcié de la amargura, de la tristeza, la envidia y del egoísmo, de los rencores, de las malas caras, de pensar mal de los otros, de las clasificaciones burdas y baratas de los seres humanos, me he divorciado de la soledad, de la ignorancia espiritual, de la hipocresía, de la falta de sensibilidad.
Me he divorciado de la mediocridad, de la arrogancia y petulancia, 20 de los atropellos, de pensar que soy mejor que los demás, me he divorciado todo lo negativo que pueda privarme de ser una persona feliz y honesta conmigo misma.
Así que estoy soltera de esos malos sentimientos, casada con la felicidad a la cuál prometo =2 0 serle fiel por el resto de mis días.
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