miércoles, 17 de octubre de 2012


0 Parkour, el deporte extremo que ocupa las calles de Madrid


Los jóvenes más osados han encontrado en el Parkour la combinación perfecta de adrenalina, agilidad, salud y crecimiento personal. Un deporte que pone a prueba las capacidades físicas individuales y enseña que no existen obstáculos imposibles de superar. El corresponsal de Informe21 en Madrid, José Puglisi, ha compartido con los practicantes de esta arriesgada disciplina.
"Si piensas en lo que estás haciendo, o si dudas, te puedes caer al hacer un salto. Incluso podrías ni atreverte a intentarlo”, afirma Antonio Guzmán, traceur (practicante del Parkour) de Madrid. Este deporte, de origen francés, consiste en desplazarse de un punto a otro lo más fluidamente posible, superando cualquier obstáculo. “Lo normal es saltar rejas y paredes bajas, pero cuando se tiene el entrenamiento necesario se puede saltar, incluso, desde la azotea de un edificio al de otro”, aclara Guzmán.
El Parkour, también conocido en Francia como l'art du déplacement (el arte del desplazamiento), suele realizarse en las ciudades por la variedad de obstáculos que brinda el urbanismo; sin embargo, hay quienes lo practican en las zonas rurales y aprovechan los árboles, áreas rocosas y ríos para demostrar sus habilidades. Más que la locación, lo importante es la salud. “No importa el entorno, no se compite entre nosotros. Es en las reuniones de traceurs donde las personas buscan demostrar lo que saben y terminan lesionándose”, precisa Guzmán.
Aunque pareciera que se necesitan abundantes medidas de seguridad, en la realidad sólo se emplea ropa cómoda, zapatillas deportivas bien apretadas y guantes para evitar resbalarse. “Te vistes cómodo y sales a practicar. No es necesario ser alguien fuerte o en forma para comenzar, eso es algo que irás ganando según entrenes”, explica Daniel Sampayo, traceur de Guipúzcoa.
En todos los países donde se práctica el Parkour, existen escuelas que se dedican a enseñar esta disciplina en pequeños gimnasios o en la calle, para quienes están interesados en éste deporte extremo. España no es la excepción y ParkourMadrid es una institución encargada de preparar a las próximas personas que brincarán entre los árboles de El Retiro, que se escabullirán por los monumentos de Plaza de España o escalarán los edificios de la capital española.
Esta escuela de Parkour educa, gratuitamente, a “todo el que quiera puede aprender y compartir con nosotros en un entorno urbano, pero con la seguridad que ofrece la enseñanza y supervisión de instructores con experiencia”, precisan en su sitio web. Asimismo, Gema Cabanillas, instructora de este grupo, afirma que la edad o el dinero no son limitantes. “No le quiero cobrar a alguien por aprender a hacer algo que a mí me nace desde dentro. Al no tener un gimnasio no hay costos que justifiquen un precio”, puntualiza.
“No siempre son gratis. Depende de qué tipo de clases sean, quién lo organice, dónde se realicen y las necesidades. Por lo general, el Parkour se aprende en la calle. Sin embargo, también hay cursos organizados por ayuntamientos en los que, por lo general, suelen ser gratis para los alumnos, pero los ayuntamientos pagan a los instructores; o clases organizadas por algún club deportivo en las que se paga igual que si fueses a clases de artes marciales”, aclara Sampayo.
Aunque encontrar asesoramiento en este deporte resulta sencillo, se debe considerar que no es un juego. Yordi Muñoz, traceur con más de tres años en esta disciplina, afirma que su mayor miedo es “tener un accidente al dar un salto y caer mal, he estado presente cuado compañeros se han roto los brazos o incluso la clavícula. El riesgo es algo real”.
“Todos hemos tenido algún golpe o alguna lesión, es lo más normal del mundo. Igual que el que practica cualquier otro deporte o incluso sin hacer nada, todos sufrimos algún accidente, algún resbalón o nos llevamos algún golpe por tropezarnos”, indica Sampayo. Asimismo, puntualiza que “algo he oído o leído de gente que ha fallecido haciendo Parkour, pero nadie que haya conocido personalmente”.
Los parcours, que pasan largos meses entrenándose para lograr saltar cualquier clase de obstáculos y salir ilesos, han terminando por adoptar este deporte como una filosofía de vida en la que surgen aprendizajes individuales. “Se trata de afrontar tus miedos y confiar en que puedes superar cualquier obstáculo que se te presente, no solamente en el Parkour sino también en la vida”, asegura Muñoz.
Mientras que para la instructora Cabanillas, el Parkour “se convierte en una forma de vida que no termina nunca. Puedes estar en una boda y piensas en cómo saltar un muro que te encuentras. Es una lastima que lo quieran vender tan solo como una competencia”.
Los extremos del hogar
En el mundo existen muchas personas que admiran la habilidad de este deporte, pero prefieren realizar los largos saltos desde sus consolas de videojuegos. Para satisfacer a este público, se crearon juegos como Mirror's Edge y Shooter y Parkour, donde el usuario puede imitar los movimientos del deporte extremo y mezclarlos con batallas de comandos.
Por su parte, Assassin's Creed, Prince of Persia y Tomb Raider han sumado a sus personajes las habilidades del Parkour para ayudarlos a completar sus misiones. Estas animaciones pueden motivar a que jóvenes dejen el riesgo virtual para brincar en el asfalto.

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