¿Por qué son tan atractivos para las mujeres los buenos bailarines?
El famoso dramaturgo inglés George Bernard Shaw decía que bailar es la
expresión vertical del deseo horizontal. El naturalista, Charles Darwin,
se refería al baile como una parte del proceso de selección para
aparearse. Veamos qué tienen de realidad esos comentarios.
Los hombres a quienes las mujeres consideran buenos bailarines, han sido
expuestos a altos niveles de testosterona en el vientre materno. De
hecho, los hombres con testosterona alta tienen más simetría física, son
más atractivos y lucen más masculinos. Tienen un efecto organizador en
sus movimientos y una coordinación natural entre el ritmo y cómo mueven
las partes de su cuerpo. Estos hombres parecen tener un control mayor
sobre sus cuerpos porque la testosterona tiene un gran impacto en las
características físicas, de acuerdo con Peter Lovatt, un psicólogo y
bailarín inglés que ha dedicado su vida a investigar el baile y sus
implicaciones en la psicología.
Sin embargo, yo hubiera asegurado que cuando el hombre baila, las
mujeres miran el movimiento de las caderas. ¡Falso! De acuerdo con el
Dr. Nick Neave, lo que llama la atención de las mujeres en los hombres
que bailan y lo que ellas llaman "un buen bailarín", es la forma variada
en que mueven el torso y el cuello: un repertorio variado que incluye
inclinar, virar y girar torso y cuello, junto a un movimiento repetitivo
de brazos y piernas. El Dr. Neave llama a esos movimientos "señales
honestas de calidad reproductiva, salud, vigor y fortaleza".
En ese mismo sentido, las mujeres prefieren bailar con hombres con
testosterona alta, aunque la preferencia es instintiva. Se piensa que
esa selección inconsciente se debe a que cuando la mujer tiene una
pareja sexual de alta testosterona, tiene más orgasmos. De hecho, en su
etapa fértil del mes, las mujeres bailan y mueven mejor las caderas al
ritmo de la música. Y los hombres sí miran las caderas de las mujeres
cuando ellas bailan, y no el torso ni el cuello, como ellas miran en
ellos.
Creo que la visión de Darwin sobre el baile está vigente en nuestro siglo.

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